¿Dios está prestando atención?

Era guapa y deportista, y a sus diecisiete años tenía toda una vida por delante. Un día de verano, se tiró de cabeza al mar como había hecho en tantas ocasiones. Pero esta vez colisionó con algo duro y se hundió al fondo. Joni Eareckson había sufrido una fractura cervical que la dejaría tetrapléjica.

Hoy Joni tiene 71 años. A raíz de su autobiografía y película, ha compartido por todo el mundo la esperanza que tiene en Jesús, pero tampoco esconde la dura realidad de 54 años de discapacidad y rehabilitación. Recientemente contaba que un día se levantó fatal, sin ganas de enfrentarse a sus retos físicos, y leyó Malaquías 3:3:

«Se sentará como fundidor y purificador de plata; purificará a los levitas y los refinará como se refinan el oro y la plata».

Joni escribe«¡Cuánto ánimo me trajo la palabra "sentarse"! Significa que Dios no se va a levantar y marchar de cualquier prueba por la que pase. No se va a distraer ni se va a alejar para encargarse de cualquier otro asunto mientras aumenta la temperatura de mi prueba. Dios seguirá ahí sentado, manejando cuidadosamente las circunstancias que me rodean».

De manera similar, 1 Pedro 1:7 consuela a cristianos perseguidos, recordándoles que la tribulación que atraviesan es temporal y que Dios está acrisolando su fe. Por lo visto, el proceso de fundición requiere una temperatura exacta para eliminar impurezas. En una ocasión alguien preguntó a un refinador cuándo sabía que estaba lista la plata. Respondió, «Eso es fácil, cuando veo reflejada mi imagen»

¿Sabes? Un Dios que está sentado, que vela sobre ese fuego para que nuestra fe acabe reflejando su imagen, no es solo una historia reconfortante sino también una realidad. 

En la Biblia vemos que Jesús ascendió físicamente tras su resurrección y se sentó en el trono en la dimensión celestial. Lejos de ser una simple anécdota, tiene implicaciones tremendas para los que confían en Él. Por ejemplo, Efesios explica que Jesús ha sido investido como Rey sobre toda autoridad y que sus seguidores también estamos sentados «posicionalmente» con Él y que podemos resistir el mal con su poder. 

Pero ¿y si un Dios sentado nos genera cierta inquietud? 

En Hechos vemos algo interesante. Cuando el mártir cristiano Esteban estuvo in extremis ante sus acusadores, exclamó, «¡Veo el cielo abierto, y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios!»

Jesús no se queda sentado siempre. Se pone de pie como Abogado cuando no hay quien nos defienda y dice, «Estoy de pie por ella. A él lo cubro yo. Los defiendo, porque están en mí. Ya he cumplido su condena».

Jesús, sentado cuando lo necesito, como decía Joni: es un experto refinador al que no se le escapa detalle, y además Rey del universo.

Jesús, de pie cuando lo necesito como Esteban: es Abogado, Intercesor y Defensor.

Él no solo sabe cuándo nos sentamos y levantamos nosotros; también sabe cuándo sentarse y levantarse en los momentos precisos de nuestra vida.


Foto: Orest Yaremchuk / Unsplash

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